3/11/12

BLANCANIEVES VISTA EN EL CINE: SINOPSIS

BLANCANIEVES, LA PELÍCULA: UN POCO MÁS Y MUERE HASTA EL APUNTADOR.
La historia:

Las primeras escenas corresponden a una corrida de toros que se anuncia en una plaza ficticia de Sevilla, aunque el rodaje se hizo en el coso de la ciudad de Aranjuez.

Aparece un cartel que dice: ¿Dónde está el mundo? 
La imagen que se ve a continuac
ión es la de gente dirigiéndose a la plaza de toros.

Las imágenes que siguen son las de lidia de los toros en la plaza y la cogida del torero cuando entra a matar.

A continuación se suceden las escenas en que el toreo es atendido en el hospital, que se alternan con la de su mujer que se pone de parto debido al sufrimiento que le provoca ver a su marido corneado.

El matador queda tetrapléjico y ella muere al dar a luz a Blancanieves. La primera que pasa a formar del clan de los difuntos.

Blancanieves aparece con su abuela, con la que vive, mientras la prueba el traje de la primera comunión. En esta escena se hace alusión a otro cuento, cuando la abuela se pincha en su dedo con una aguja mientras cose el traje (alusión a La Bella Durmiente). Aquí aparece por primera vez un gallo de nombre Pepe (sin acento) que es otro de los protagonistas.

Las siguientes escenas corresponden a la comunión de Blancanieves, en la que la niña pregunta por su padre, extrañada por su ausencia. Efectivamente su padre no acude, pero la regala un gramófono que le es entregado por el apoderado del torero. La abuela muere durante la celebración de la comunión, presumiblemente por un ataque al corazón, aunque podría tener relación con el pinchazo en el dedo con la aguja. La segunda que pasa a formar parte del clam de los difuntos.

Entre escena y escena el torero se casa con la que será la madrastra de Blancanieves. En mi opinión, Maribel Verdú sobre actúa en su papel de mala malísima.

Blancanieves, una vez muerta su abuela, es conducida al cortijo en el que viven su madrastra y su padre rodeados de un montón de personal de servicio. Un montón de sirvientes.

Allí, la madrasta, nada más llegar, la dice a Blancanieves, que tiene prohibido subir al piso de arriba de la vivienda. Blancanieves se ha llevado en la maleta al gallo Pepe que es enviado al gallinero por la madrastra cuando ésta le descubre.

Blancanieves es explotada al máximo. Se la obliga a cargar el carbón, el agua, a lavar y a tender la ropa, y se la acomoda en un habitáculo oscuro y sucio. ¿Para qué tanto personal de servicio? Blancanieves se transforma en La Cenicienta, una pobre criatura explotada a todas horas.

Un día, Blancanieves va al gallinero a ver a Pepe y cuando se despide de él, le dice que no la siga, pero el gallo no la obedece y entra en la casa subiendo las escaleras al piso prohibido. Blancanieves le persigue hasta una habitación en la que se encuentra con su padre al que hace años que no ve. Nace así una relación en la que la niña le visita a escondidas, juega con el torero que le cuenta el cuento de Caperucita y la inicia en las lides del toreo. La niña aprende con la muleta y el capote. La habitación es tétrica, con el matador en su silla de ruedas, con las paredes llenas de cabezas de toros. En medio de la habitación aparece un enorme toro disecado.

Mientras la madrastra caza conejos con sus cuatro galgos, y nos hemos enterado que se la pega al torero con el chófer en una relación sado masoquista, Blancanieves juega con su padre. De regreso al cortijo, la madrastra se da cuenta de que en la habitación de arriba, la del toreo, hay música y sube con sus perros. Cuando entra se encuentra al gallo Pepe y poco después descubre a Blancanieves que se ha escondido tras las cortinas.

La siguiente escena es una cena en la que están Blancanieves y su madrastra, y ésta la dice: “Te gusta el gallo en PEPEtoria”, y añade: “perdón, en pepitoria”. Lo que se espera sucede. Aparece una señora del servicio con Pepe en pepitoria. La reacción de la niña es la esperada, y no hay que contarla. Otro que pasa a formar parte del clan de los difuntos.

Una vez descubierta la relación padre e hija, la madrastra tira por las escaleras al torero y lo mata. Le visten con el traje de luces y le sientan en su sofá en el que se fotografía todo el mundo que acude al velatorio. La escena es digna del humor de los Hermanos Marx. Otro para el clan de los muertos.

Pasa el tiempo y Blancanieves crece, pero sigue con el trabajo de Cenicienta. Se entretiene, mientras tiende la ropa, usando las sábanas para perfeccionar sus pases de torero y utiliza las pinzas de tender la ropa como banderillas que coloca en la cuerda del tendedero.

En la siguiente escena, el chófer, el amante de la madrastra, que más que amante es un bufón, intenta matar a Blancanieves estrangulándola, y ya de paso aprovecha para intentar violarla. Blancanieves escapa, pero el chófer consigue darla alcance, la ahoga en un río y la deja allí boca arriba creyendo que está muerta.

La siguiente escena es la de alguien que le hace el boca a boca y que consigue revivirla. Se trata de uno de los enanos que serán junto con ella los protagonistas del resto de la película. Este enano se enamora perdidamente de ella. ¿ El enano tímido?

Blancanieves se va con los enanos toreros de pueblo en pueblo presentando su toreo cómico. Las escenas siguientes corresponden a la plaza del pueblo de Pedraza, en la que los garrulos se entretienen con los enanos que vacilan a una vaquilla de verdad. Durante la lidia de la vaquilla, uno de los enanos hace que ha sido corneado y Blancanieves sale a la plaza para evitar males mayores. Le da unos pases a la vaquilla con tanto, tanto arte, que es aplaudida por los enanos y por el público asistente.

Poco a poco se va ganando la fama de buena torera y en vez de los siete enanos toreros y Blancanieves, el espectáculo pasa a llamarse Blancanieves y los siete enanos toreros.

Aparece en escena un espabilado apoderado con cara de malo malísimo, con el que Blancanieves firma un contrato leonino, ya que la pobre no sabe leer, y claro, tampoco sabe escribir. De hecho firma el contrato con una X. Normal dada la pobre educación que la habían dado, a pesar de ser la hija de un torero famoso y con mucha pasta. Parece que los enanos o son tontos o tampoco saben leer porque no ponen ningún impedimento en el momento de la firma. El apoderado la ofrece torear en la misma plaza de Sevilla en la que comienza la película y en la que su padre, ya difunto, fue corneado por un toro, es decir, en Aranjuez.

Y allí asistimos a las siguientes secuencias.

Blancanieves tiene asignada para torear una vaquilla, pero el enano malo malísimo, que debe representar al enano gruñón en el cuento de verdad, cambia las pizarras de asignación y la toca un toro de nombre, ¡oh sorpresa!, Ferdinando, el toro antitoro protagonista de la película de Disney que mereció un Oscar de Hollywood. ¿Berger nos manda un mensaje subliminal? Lo dudo. ¿Será una burda burla?

Blancanieves torea al animal en la plaza y cuando le va a matar, un espectador levanta el pañuelo del indulto. El resto del público hace lo mismo y el presidente accede. Es en esta secuencia cuando el público tiene conocimiento de que Blancanieves es la hija del famoso torero.

La madrasta, que está en la plaza, con entrada de barrera, consigue que, pese a la oposición de los enanos, Blancanieves muerda la manzana y se desvanezca entrando en un profundo sueño del que no despertará.

Los enanos persiguen a la madrastra por las dependencias de la plaza, y ésta entra en los chiqueros. Suponemos que muere corneada por un toro de los que allí se encuentran ya que se ve la sombra de una cornamenta que se acerca a ella. Otra difunta, la última de la serie. ¿Sería Ferdinando, el indultado, el autor de su muerte u otro de los toros, quizás uno que se llama Satanás?

Blancanieves y su ataúd de cristal, junto a los enanos, es paseada de pueblo en pueblo para que previo pago, la gente que quiera la de un beso en los labios a ver si consigue despertarla. El negocio lo monta el espabilado del apoderado. Nadie lo consigue, aunque a veces lo parezca. Mediante un pedal acoplado al ataúd, de vez en cuando, tras el beso, Blancanieves levanta la cabeza como si se hubiera despertado. Aquí Berger se permite el lujo de dejar que una mujer bese a la durmiente.

Escena final muy conmovedora: el enano que está enamorado de ella, supongo que el tímido del cuento de verdad, se acuesta junto al ataúd en el que duerme Blancanieves y antes de tumbarse a descansar la besa en los labios. Blancanieves no abre los ojos, pero de uno de ellos sale una lágrima. Conmovedor.

Cualquier parecido con la realidad del cuento de Blancanieves, el que leímos y nos contaron cuando éramos niños, es pura coincidencia.

Próximo capítulo: lo que vi en los novillos que salen en la película y que en número de nueve también pasaron al mundo de los difuntos, pero al real, a diferencia de la madre de Blancanieves, su abuela, su padre, el gallo Pepe y su madrastra que pertenecen a la ficción.

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